Un nuevo intento
Aterrizo en Ezeiza el viernes 16 de diciembre y sé que me espera un día intenso. Por suerte, me pasa a buscar Nacho en su auto, agobiado por el calor de fin de año en la ciudad. La misma complicidad de siempre con él, nos abrazamos, nos reímos, y enseguida me copio de su manera de hablar, lunfardo porteño de zona norte. La General Paz está cargadísima, camiones, bondis, autos nuevos y otros de la década pasada. Tenemos una hora para llegar al barrio de mi prima, Núñez, en la entrada de Capital. Nos alcanza para ordenar algunas ideas entre tanta ansiedad por contárnoslo todo. Sabe que me gusta comer bien, pero no tenemos mucho tiempo. Nos decantamos por un automac en el Mc Donald’s de Avenida Libertador, frente a las canchas de tenis del club Obras, mi sitio favorito para jugar antes de mudarme a Barcelona. Las hamburguesas saben a gloria.